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Exigencia y superación profesional en el camino hacia la excelencia

Diciembre: balance 2020

    Seguimos con un nuevo artículo englobado en la temática del blog a lo largo de este último mes de 2020. En esta ocasión, es nuestro amigo Javier Aladro, director en Becedas Equipamientos Integrales quien comparte con todos nosotros algunas reflexiones acerca de todo lo vivido durante este atípico año.

    En palabras de Javier, Becedas Equipamientos Integrales, que es una empresa dedicada al equipamiento de mobiliario de oficina y colectividades: mesas, sillas, bibliotecas, salas de juntas, archivos, zonas de espera, centro de día, ayuntamientos, estores, taquillas, mamparas, etc. etc., ha visto cómo su propia exigencia y superación profesional han quedado plasmadas en el reconocimiento que sus clientes y proveedores les siguen otorgando a pesar de las dificultades. Te recomendamos que no te lo pierdas… 😉

     

    Exigencia y superación profesional en el camino hacia la excelencia

      Al finalizar este año 2020, hacemos nuestras las palabras de W. Shakespeare: “El momento es el que tenemos. El pasado es prólogo”.

      Reconocemos este pasado, esta pandemia, estos momentos duros, pero capitalizando lo aprendido para adaptarlo a nuestra empresa, a nuestros clientes, a nuestra forma de trabajar, intentando, siempre, proponer la mayor eficacia en aras de la excelencia. Y como decíamos en mayo,” Excelencia es… Hacer lo mejor posible nuestra actividad, un hábito del día a día, que sirve para todos los elementos de nuestras empresas… Requiere compromiso con uno mismo, con los demás…, disciplina, entrega, persistencia, esfuerzo y…, sobre todo PASIÓN”.
       

      ¿Qué ha sido lo más importante de este 2020?

        Aparte de lo negativo por la incidencia de la pandemia en nuestras vidas: relaciones familiares, comerciales, viajes…, que ha alterado ostensiblemente nuestra habitual forma de vida, quizá sea muy importante el mantenimiento de la brújula hacia dónde vamos, hacia dónde queremos ir, qué queremos hacer.

        En Becedas huimos de los consabidos “hay que facturar más”, “hay que mantener márgenes e incluso aumentarlos”, “hay que vender más”. Y como meta, seguir tras esa eficacia hacia la excelencia del día a día: que el cliente, Nuestro Cliente, quede satisfecho, encuentre lo que busca y necesita, tenga claro desde el primer momento qué mobiliario compra, qué mobiliario necesita, qué es lo que le proponemos.

        Nos hemos apoyado, primero en nuestro equipo, profesionales de primera línea y entusiastas del proyecto que defienden a capa y espada, enamorados de ese perseguir la excelencia. Ha habido bajones provocados por el Covid19, pero ha habido también bastantes “subidones” provocados por la adjudicación del equipamiento del Espacio Joven del Ayuntamiento de Valladolid, o equipamiento de centros para el AVE en Zamora, Puebla y Orense, equipamientos de Centros de Adultos y bibliotecas Municipales en Valladolid, mobiliario para Aena Madrid, residencias de mayores para la Junta de Castilla y León, centros de la Fundación Personas…, donde ese equilibrio público/privado nos ha exigido mantener los criterios de calidad en aras de la excelencia, y a la vez nos ha permitido alegrías en estos tiempos duros.

        Sí ha sido importante el que Becedas no ha tenido nunca presión empresarial para “hacer números”, no ha tenido que rendir cuentas al Consejo de Administración. Esta empresa familiar, activa desde 1941, mantiene una importante solvencia económica, pero primando una solvencia comercial que lleva en su ADN. Siempre ha tenido en mente lo de “vamos a intentar hacer bien las cosas”, “cuidemos a nuestros clientes”.


         

        Época de crisis, época de oportunidades

          Y hemos de estructurar el trabajo, explorar nuevos mercados y nuevos productos, atender siempre a nuestros clientes (compren o no, necesiten mesas o sillas, o armarios…, o no), formémonos mejor (ya que no hay ferias ni tantas visitas comerciales), aprovechemos esos tiempos para conocer mejor los productos, conocer mejor otros proveedores y conocer mejor a los clientes.

          Una dificultad añadida, es que además tenemos que inspirar seguridad, confianza y empatía, pero de manera telemática.

          Hay eslóganes que han surgido en esta pandemia: Coca Cola dice “Mantenerse separado es la mejor manera de mantenerse unidos”, o Audi, que separa los aros y dice “mantengamos la distancia unidos”

          Como reflexión, creemos no es tiempo de quedarse parados, no dejar que el miedo o la incertidumbre rompan o ralenticen nuestro ritmo. Entre todos, empresas grandes, medianas o pequeñas, hemos de generar esa energía para que la rueda no pare. Momentos para una reactivación, momento de abrir mercados, de buscar nuevas soluciones, y de (nos repetimos), “Hacer lo mejor posible nuestra actividad, un hábito del día a día, que sirve para todos los elementos de nuestras empresas”.

          No olvidemos que esto es una crisis, sólo eso, una crisis. Dura, sí. Que afecta a la economía, a la familia, a nuestras relaciones…, sí. Que tienen un montón de altavoces que atronan, sí. Pero todo va a pasar y será historia.

          De ahí aquello de “volveremos a juntarnos, volveremos a brindar”.