Abril, mes temático de la Formación
El ritmo de publicaciones en el mes temático de abril no se detiene. A continuación compartimos un interesante artículo de nuestro compañero Alberto Taravillo Mayoral, Talent Manager en Pascual, en el que ha querido aprovechar la oportunidad que le brindamos desde nuestro blog para hacer una parada en la dinámica de su día y día y reflexionar un poco sobre cómo ha cambiado el rol de Formación en la empresa en los últimos años.
Conoce su visión a continuación, ¡sigue leyendo!
El mundo está cambiando…
“El mundo está cambiando” afirmaba una persona de Pascual, al inicio de un vídeo que había grabado para un itinerario formativo, y hacía después una reflexión sobre cómo las empresas debían adaptarse para afrontar las nuevas demandas de los consumidores, clientes, proveedores, empleados, sociedad en general y cómo la tecnología es clave en este proceso imparable de transformación, terminando con un mensaje de énfasis sobre la importancia del cambio de hábitos individuales para continuar impulsando el progreso.
Y es que la formación en la empresa también ha requerido de transformación y del fomento del cambio de hábitos. Donde antes la formación se caracterizaba por estar muy estructurada, pautada por los departamentos de formación de las corporaciones, planificada para periodos anuales, con alta presencialidad, muy orientada al protagonismo de la figura del que enseñaba, el formador, figura en la que se presuponía que residía toda la responsabilidad del aprendizaje. Ahora, todo esto se ha desdibujado y cobra especial importancia la experiencia de aprendizaje, un aprendizaje que es multifuente, donde lo importante es la mirada al verdadero protagonista: la persona que aprende, otorgándola a ella la responsabilidad de su propio desarrollo, situándola en el centro de la experiencia de aprendizaje y, por tanto, actualizando la forma en que hemos de promover cada iniciativa de desarrollo.
Y es que, en contextos donde cada día cuenta para la construcción del futuro de las organizaciones, se hace necesario que cada persona asuma el liderazgo de su propio desarrollo, diseñe su camino personalizado de aprendizaje, identifique aquello que mejor puede contribuir a aportar mayor valor a su organización y, por tanto, asuma en primera persona el impulso de su desarrollo. En este nuevo enfoque, las organizaciones y concretamente los departamentos de Personas deben estar muy atentos a las necesidades que existen en el presente y al mismo tiempo deben anticiparse a las tendencias futuras para ser impulsores del cambio.
Asegurar la formación básica, la requerida en el puesto y al mismo tiempo despertar el interés por el aprendizaje en otras capacidades de mayor impacto, más transformadoras, será clave para contribuir a los retos de negocio y promover la empleabilidad de las personas y el desarrollo del talento. En Pascual, asumimos este compromiso por el desarrollo de las personas y apostamos por un enfoque de empoderamiento de la persona. Difundimos nuestro modelo de liderazgo que refuerza precisamente ese mensaje de protagonismo de cada persona.

Aprendizaje en dos líneas de trabajo
1. Los programas formativos establecidos en base a las necesidades del rol y puesto que se ocupa en la compañía.
Los orientamos de tres formas: En primer lugar, a través de programas formativos de negocio, muy orientados a la transformación de las formas de trabajar, por ejemplo, la capacitación digital en ámbitos como el negocio y marketing digital, la gestión de proyectos de desarrollo de producto, etc. En segundo lugar, a través de programas formativos sobre capacidades relacionales, como nuestro modelo de liderazgo Pascual, el impulso de las habilidades de Liderazgo para el colectivo femenino, crear cultura de feedback, etc. y en tercer lugar a través de itinerarios formativos de carácter técnico en los que cualquier persona puede compartir conocimientos en su ámbito de expertise pudiendo publicarlos en nuestra Comunidad de Aprendizaje “Crecemos Juntos”. De esta forma las personas toman la iniciativa y participan activamente en el aprendizaje. Y al mismo tiempo se convierten en referentes de este tipo de prácticas para otras personas.
2. Los planes de desarrollo.
Por otro lado, fomentamos la existencia de planes individuales y colectivos de desarrollo para asegurar el futuro de Pascual con talento preparado para asumir nuevos roles y puestos de mayor responsabilidad.
La Transformación también está presente en la Formación
Además, con un enfoque menos formativo pero muy transformador, generamos aprendizaje en el contexto de los equipos, a través de un foro de liderazgo en el que participa periódicamente el colectivo de senior managers y directores de la compañía, donde se reflexiona y genera aprendizaje colectivo y por otro lado, en el contexto de equipos naturales, trabajamos procesos de desarrollo de equipos para mejorar aspectos como la comunicación, asegurar la visión compartida, trabajar la cultura del equipo, la cohesión y promover así los equipos de alto rendimiento.
Habilidades como las de liderazgo, trabajo en equipo, influencia, comunicación, negociación, pensamiento analítico, toma de decisiones, flexibilidad, adaptación y la curiosidad y capacidad de aprendizaje son indispensables para abordar los retos que tenemos por delante: transformación digital, innovación, mejora continua, sostenibilidad. Y en ese nuevo enfoque de aprendizaje, cada experiencia, encuentro, debate, proyecto, son oportunidades únicas para que las personas puedan reflexionar y aprender.
Las Personas y su Desarrollo en el centro
Los pilares para construir un buen plan de formación pasan hoy día por tener un compromiso fuerte por el desarrollo del talento, que pase por entender el aprendizaje como una actitud dentro y fuera del entorno laboral, que disponga de un modelo de aprendizaje que sirva de referencia, que ponga foco en las prioridades en las que hay que orientar los recursos y los esfuerzos y, por supuesto, que esté muy apegado al negocio para ser aliados de la estrategia y del propósito de compañía.
En este sentido escuchar al negocio, a los equipos y a las personas cobra especial importancia para ser capaces de aportar iniciativas de desarrollo adecuadas, asegurando que se construyen a medida de las necesidades, para abordar retos concretos y que generen impacto en la dinámica de los negocios, la organización y los equipos, asegurado la transferencia al puesto de los conocimientos y habilidades. En este sentido, disponemos de una herramienta de escucha continua para identificar necesidades y de la propia función de recursos humanos que, en la cercanía con los equipos, recogen inquietudes de aprendizaje.
Si las áreas de formación son capaces de impulsar de forma ágil y colaborativa este tipo de necesidades, cada vez más diversas en metodología, duración, actores, forma de consumo y naturaleza, y, sobre todo, si son capaces de generar experiencias de aprendizaje transformadoras para las personas, seguramente estaremos más cerca de poder afirmar que efectivamente “El mundo está cambiando”.
