El fin de semana del 8 al 10 de agosto, vivimos una experiencia única gracias a Camarzius Fest. Más que un festival, Camarzius se está convirtiendo en un movimiento que nos permite conectar con la historia, la innovación, la cultura, con nuestra comunidad y con el entretenimiento en nuestro medio rural. Y desde EXECyL, estamos muy orgullosos de haber colaborado en una iniciativa tan diferente e inspiradora promovida por nuestro socio Icarus, una compañía que destina parte de sus beneficios a fomentar el emprendimiento y el desarrollo rural, con el objetivo de rendir tributo a la Villa Romana, a la tradición, al arte y a la autenticidad para revitalizar la identidad cultural y combatir la despoblación.
En estos días, tras bajar el telón de esta edición del Camarzius Fest, se ha culminado un viaje que comenzó hace más de un año con un “sujétame el cubata”. En 2024 se vivió la emoción de un primer piloto atrevido, aunque todavía sin saber del todo a dónde llevaría. Y en 2025 se han superado todas las expectativas. No ha sido un camino fácil: madrugones, reuniones, ideas locas… Pero ha sido un viaje compartido con personas que han puesto el alma en cada detalle, transformando sueños en realidades, y manteniendo intacta su esencia: cultura, innovación y música en directo, mezclando el talento local con propuestas llegadas de otros lugares.

Un festival no se levanta solo con presupuesto y logística: se levanta con pasión, con esa fuerza invisible que une a personas diferentes alrededor de un sueño común. En los alrededores de la Villa Romana de Orpheus no solo se respiró cultura, música y emprendimiento: se vivió historia, comunidad y generosidad, con vecinos y visitantes que no solo asistieron, sino que incluso realizaron donaciones a nivel personal.
Los mosaicos de esta villa romana no son solo piedras: son historias que se cuidan, igual que se ha querido cuidar esta experiencia. Como esas teselas y la playa fluvial del Tera, Camarzius también quedará como testimonio de lo que podemos lograr cuando nos unimos.
Esto no es un adiós, sino un hasta pronto. La energía que se ha generado nos acompañará hasta el próximo año. Volveremos a encontrarnos entre teselas y guitarras; entre romanos y tecnología; entre pasado y futuro… reforzando los lazos que nos unen y que sin duda nos hacen mejores personas.

Este año, Camarzana de Tera, en Zamora, ha vivido un festival con mayúsculas. La gente ha transmitido sus felicitaciones y cuentan con un equipo increíble que ha hecho posible combinar patrimonio, historia, música y cultura. Juntos hemos convertido ideas en una experiencia inolvidable.
Desde aquí, nuestro agradecimiento a todas las personas, patrocinadores y colaboradores que han hecho posible un evento así y, por supuesto, al pueblo de Camarzana, que abrió sus puertas y su corazón para hacer de este encuentro algo único.
¡Nos vemos en 2026!
