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La Tasa Rosa by Markniac

Con motivo del próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nuestro socio Markniac quiere compartir con todos nosotros su estudio La Tasa Rosa. Un trabajo de investigación que nace en el en el ‘corazón’ de la compañía, el Lab de esta agencia de marketing. En él, a través de fuentes propias y externas, realizan un observatorio permanente de tendencias. Observan la realidad y las tendencias sociales y de consumo de modo que les permita anticiparse a ellas.

Ven a dónde va la sociedad, cada sector, cambios en el modo de consumir, oportunidades de productos, ventanas abiertas para comunicar, nuevas necesidades no satisfechas, etc., de modo que puedan aplicarlas en la estrategia de todos los proyectos en los que forman parte.

En esta ocasión, nos hablan acerca de ese ‘plus’ que algunos productos tienen solo por el hecho de ir dirigidos a mujeres. ¿Qué hay de verdad en todo esto? ¿Es un mito? ¿Es realidad? ¡Lo descubrimos  a continuación! Sigue leyendo…

 

El sobrecoste de ser mujer, una discriminación que no debe dañar tu imagen de marca

 

En este mundo hiperglobalizado en el que las redes sociales hacen que todo sea susceptible de tener una repercusión mundial, las tendencias juegan un papel vital para la imagen de nuestra marca. Unirse a ellas o mantenerse al margen puede marcar la percepción que los clientes tienen sobre nosotros.

Cada día surgen nuevos casos, pero hoy hablaremos de uno en concreto: la tasa rosa o pink tax. Una de esas tendencias actuales recubierta por un halo de controversia y que se ha convertido en una de los principales argumentos para reflejar la necesidad de igualdad real entre hombre y mujeres.

Así, la tasa rosa se entiende como el sobreprecio que se abona en la compra de productos por el simple hecho de estar destinados a la mujer, sin que exista justificación objetiva para tal diferencia. Son muchos los estudios realizados para defender que esta tasa existe, que es real. Su nacimiento podría situarse en California en 1994, cuando se detectaron diferencias en productos y servicios dirigidos al público femenino (higiene, belleza, tintorería, peluquería…), lo que sirvió para estimar un coste adicional en consumo de 1.350 dólares al año por el simple hecho de ser mujer.

Según una comparativa del precio de las fragancias masculinas y femeninas realizada por el portal Idealo en cinco países de Europa -España, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido-, el precio medio de las fragancias para mujeres se sitúa entre 6 y 8 céntimos por mililitro por encima que el de los hombres.

Unos datos refrendados por diferentes estudios y publicaciones de fuentes como la Unión de Consumidores de Extremadura, FACUA, la asociación FEIM, la revista Forbes o los medios de prensa escrita El Mundo , ABC o La Vanguardia. Desde cuchillas de afeitar que se incrementan más del 56% o cremas depilatorias para ellas que cuestan un 41% más que las masculinas, hasta contorno de ojos que se encarecen hasta el 83% o desodorantes que suben un 40%.

Pero, frente a estos resultados, encontramos las publicaciones que sostienen la existencia de una tasa azul o blue tax, puesto que las diferencias también se observan en sentido contrario. Así, en nuestro país, Tiendeo destacó en 2017 que había hasta un 23% más de sobrecoste en precio de la ropa y complementos masculinos, aunque en higiene y cuidado personal el sesgo era del 11% hacia las mujeres.

 

Qué piensa el consumidor

Como es obvio, esta controversia y posturas enfrentadas tienen su reflejo en el comportamiento de los consumidores. Si bien es cierto que la repercusión es global y tiene mucho más peso en Estados Unidos o Gran Bretaña que en España, pero en nuestro país está surgiendo un movimiento de concienciación.

Según un estudio de la Universidad de Valencia, el 90% de los consumidores no sólo consideran injustificada la tasa rosa, sino que hace que se active el discurso de lucha de género. No obstante, el nivel de sensibilización es bajo. Muy pocos consumidores conocen la expresión tasa rosa y menos del 10% acierta a definirla adecuadamente.

Más allá del nivel de activismo o concienciación, la lucha contra la tasa rosa existe, está activa y es intensa. Colectivos de consumidores, grupos feministas y partidos políticos se han sumado a esta batalla con propuestas que abarcan desde la compra “racional” hasta la adquisición de productos de establecimientos y marcas reconocidos como “pink tax free” y el boicot hacia aquellos que la aplican, con denuncias en las diferentes redes sociales de sus prácticas.

Para Markniac, en materia de marketing lo importante no es tanto la realidad como la percepción. La cuestión no es si se trata de tasa rosa o marketing tax, si es de género o de marketing, la cuestión es si los clientes actuales o potenciales perciben tu política de precios como discriminatoria y en qué medida puede dañar tu imagen.

Actualmente, la fuerza de movimientos feministas, la intensidad de las reivindicaciones, el efecto de las redes sociales o el papel actual de la mujer en los procesos de compra y consumo hacen que ir en contra sea exponerse a un veto. ¿Estás dispuesto a correr ese riesgo?

Desde Markniac entendemos que no debería ser así y te invitamos a que no escatimes esfuerzos en comunicación que disipen cualquier atisbo de duda sobre tus decisiones de precios.